ACEITE DE COCO: ¿TAN BUENO COMO PROMETEN?
- comidasinculpas
- 19 jun 2018
- 4 Min. de lectura

Cada vez que me pongo a navegar por Instagram o Internet veo más y más publicaciones del famoso aceite de coco y de verdad me nació la necesidad de escribir sobre este producto que tanta fama ha adquirido en los últimos años.
Pero, ¿qué es? Al igual que los otros aceites, el aceite de coco corresponde a la parte grasa que se obtiene de la pulpa fresca (copra) del coco al aplicar presión con la ayuda de un extractor. Al ser virgen, este no posee disolventes ni compuestos externos en su producción, haciéndolo más puro (1).
Pero su principal característica es su alto contenido de grasas saturadas (92%), destacándose que son triglicéridos de cadena media (2), especialmente el ácido laurico. ¿Pero qué significa? Los ácidos grasos se pueden clasificar en cadena corta (poseen entre 1 a 6 átomos de carbono), cadena media (entre 6 a 12 átomos de carbono) y cadena larga (más de 12 átomos de carbono). Y esto significa una diferencia en el proceso de digestión, absorción y metabolismo de estos productos.
En el caso de los ácidos grasos de cadena media, estos son digeridos y absorbidos de manera más rápida, por lo que son destacados especialmente en pacientes con problemas digestivos (problemas pancreáticos o prematuros por ejemplo). Esta característica les permite pasar más rápido al hígado, siendo una fuente más instantánea de energía (3) y producir cuerpos cetónicos que corresponde a una fuente alternativa de energía para nuestro cuerpo.
Hasta ahí vamos bien, ¿no cierto? Ahora, mucho se dice de este aceite, pero muchas veces todas las “afirmaciones” que se hablan no siempre son fundamentadas con hechos científicos, por eso hoy veremos las principales:
* Consumo de aceite de coco y colesterol
En este tema todavía no hay una definición clara. La mayoría de las investigaciones han demostrado que su consumo puede generar un aumento del colesterol LDL y colesterol total, mientras que otras también ha demostrado que puede mejorar la relación colesterol total/HDL y aumentar los niveles de HDL. Pero si existe un consenso importante, si se compara con aceites ricos en grasas poliinsaturadas (como aceite de oliva), estos últimos llevan la ventaja, mientras que si existe una comparación entre el aceite de coco y la mantequilla (otro alimento con alto contenido de ácidos grasos saturados), el aceite de coco presenta una mejor respuesta en el perfil lipídico (2) (4). Por este motivo, no existe ninguna evidencia científica que permita demostrar que el consumo de aceite de coco puede disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mientras que se ha demostrado que el reemplazo de grasas saturadas por poliinsaturadas logra disminuir el riesgo de este tipo de patologías.
* Efecto antioxidante
El coco como fruta (al igual que muchas otras) posee antioxidantes incluyendo la vitamina C y el aminoácido L Arginina, por lo que juega un rol protector frente a la oxidación celular. Mientras que el aceite de coco extra virgen poseen vitamina E y sus ácidos grasos de cadena media podrían presentan un efecto antioxidante (5).
* Efectos sobre el peso y tejido graso
Uno de los efectos más comentados es el control que puede ejercer sobre el peso corporal y el tejido graso. Los ácidos grasos de cadena media pueden intervenir en el peso al generar cambios en el metabolismo y presentar efectos termogenicos, traduciéndose en un mayor gasto calórico y evitando la lipogénesis (formación de tejido graso). Pero se ha demostrado que es el ácido caprilico el que ejerce efectos más importantes, no el ácido laurico contenido en el aceite de coco (3) (6). Por este motivo, el consumo de este producto no asegura la baja de peso sostenida. Además, es importante recordar que ningún alimento por si solo logra una baja de peso considerable, especialmente si no viene acompañado de una dieta adecuada y ejercicio físico.

Entonces, luego de leer lo que dice la ciencia que podemos concluir
1) El aceite de coco sigue siendo un aceite por lo que su aporte calórico es elevado en comparación con otros alimentos.
2) PODRÍA tener un efecto positivo en el control de peso, pero este no ocurre de manera milagrosa, ya que para poder lograr un real resultado debe ir acompañado de una buena alimentación y actividad física.
3) En cuanto a la alteración del perfil lipídico, todavía no existe una sola conclusión, pero si está demostrado que su efecto es mucho menor si se compara con aceites poliinsaturados como el de oliva.
Bajo estos puntos, mi recomendación es darle preferencia al aceite de oliva, ya que tanto por calidad nutricional como precio, este es mucho más conveniente. Pero si todavía estas interesad@ en consumir aceite de coco te recomiendo hacerlo en cantidades moderadas, evitando su uso excesivo.
Recuerda que la decisión final es tuya, pero lo importante es poder elegir con información y conocimientos sobre lo que dice la ciencia, recuerda que lo que me hace bien a mí no tiene por qué tener el mismo efecto positivo en ti.
Bibliografía
(1) Riviera Hernández R, Lomelí Soto J, Román Salinas L y Vera Figueroa F (2001). Extracción de aceite de coco a partir de la copra por medio de disolventes químicos. Conciencia Tecnológica número 17.
(2) Eyres L, Eyres M, Chisholm A y Brown R (2016). Coconut oil consumption and cardiovascular risk factor in humans. Nutrition Reviews 74 (4), 267-280.
(3) Sayago-Ayerdi S.G, Vaquero M.P, Schultz-Moreira A, Bastida S y Sánchez-Muniz F.J (2008). Utilidad y controversias del consumo de ácidos grasos de cadena media sobre el metabolismo lipoproteico y obesidad. Nutrición hospitalaria 23 (3), 191-202.
(4) Cardoso D.A, Moreira A.S, De Oliveira G.M, Luiz R.R y Rosa G (2015). A coconut extra virgin oil-rich diet increases HDL cholesterol and decreases waist circumference and body mass in coronary artery disease patients. Nutrición hospitalaria 32 (5), 2144-2152.
(5) Yeap S.K, Beh B.K, Ali N.M, Yusof H.M, Ho W.Y, Koh S.P, Alitheen N.B y Long K (2015). Antistress and antioxidant effects of virgin coconut oil in vivo. Experimental and therapeutic medicine 9, 39-42.
Comments